Maldita inseguridad que me ata. ¿Quién creo al ser humano tan débil y tal frágil, con esa piel rosada?. Ya podemos aparentar ser fuertes, indestructibles, incluso creernos los dueños del mundo... Pero todos estamos hechos del mismo modo que se construyen los sueños. Los sueños son como las personas, frágiles y decolor rosa. Tan grandes y a la vez tan pequeños. Así transparentes y preciosos. Y nosotros aquí, ahora, sin pensar que somos tan naturales como la pasión, el deseo de desear lo prohibido. Solo sabemos complicar la vida de una manera muy extraña y curiosa. Hoy te pido a ti, que me comprendas. Eso de comprender... que bello suena. Hemos tenido la ilusión en nuestras manos, en nuestro poder, y lo hemos destrozado sin compasión, yo lo he hecho y hoy me arrepiento y pido perdón por no aferrarme a lo indicado.
