lunes, 26 de abril de 2010

Bipolar.


Llevo tres o más putos años pensando en él, creo que puedo llegar a cansarme, es hora de despegar y de asumir mi derrota, me gano, lo acepto, yo ya no tengo paciencia para ser otra estúpida más en tu pequeña lista. A ver si es verdad que se está mucho mejor sola, que mal acompañada. Creo que voy a comprobarlo, me voy a poner a prueba.

¡Quiero romper las reglas!

Sí, venga nena tu puedes, sé que puedo. Es hora de coger el toro por los cuernos, nunca mejor dicho. No os preguntáis: ¿Por qué ellos son los que nos cuelgan el teléfono? o ¿nos llaman con escusas tontas?

¿Siempre somos nosotras las que lloramos?

¿Las que queremos con el corazón?

¿Las que por más que queramos ocultarlo siempre pensamos en ellos?

AHORA PROPONGO UNA COSA. VAMOS A SER NOSOTRAS LAS GRANDIOSAS HIJAS DE NUESTRAS MADRES, COMO ELLOS LO SON.

Es totalmente justo, una dosis de su propia medicina. ¿Qué es eso de que me pase toda una eternidad demostrando lo mucho que me importas?

¿A caso tú as mostrado algo de afecto, cariño, amor, amistad...?

No.

No.

No.

Yo soy la que se planta en frente, y te dice un TE QUIERO, sin importar el vecino o el amigo que este detrás, si esa, soy yo, la que pase lo que pase te espera, y afronta un; hasta siempre. Perdona pero, ¿por qué desapareces y regresas otra vez justo cuando te estaba olvidando?

Vaya, esto es un ultimátum. O te pones las pilas o adiós.

Que hombres, hay muchos, y como yo mm poquitas, por el simple hecho de tener que aguantar tus idas y venidas!

Que yo no quiero bipolares, ¿queda claro?

Si y te quiero.


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